Cuando pensamos en seguridad empresarial, solemos imaginar amenazas externas: robos, intrusos o vandalismo. Pero cada vez más empresas descubren que las amenazas internas pueden ser igual o más perjudiciales, especialmente si no se detectan a tiempo.
¿Qué son las amenazas internas?
Son acciones o negligencias cometidas por personas dentro de la organización: empleados, proveedores o personal eventual. Desde accesos indebidos a áreas restringidas hasta filtración de información o robo de bienes.
¿Cómo prevenirlas?
- Controles de acceso inteligentes: Solo personal autorizado debe ingresar a sectores críticos. La combinación de credenciales, cámaras y presencia física reduce riesgos.
- Supervisión activa y discreta: Un servicio de vigilancia con experiencia sabe identificar comportamientos fuera de lo común sin generar fricción en el ambiente laboral.
- Rondas aleatorias y monitoreo permanente: Minimiza oportunidades para acciones indebidas y aumenta la percepción de control.
- Colaboración con RRHH: Detectar patrones de ausentismo, conflictos internos o cambios de actitud puede ser clave para prevenir incidentes.
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Arsec 
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